Esta especialidad se ocupa de generar imágenes del interior del cuerpo mediante diferentes agentes físicos (rayos X, ultrasonidos campos magnéticos, entre otros) y utilizar estas imágenes para el diagnóstico y, en menor medida, para el pronóstico y el tratamiento de las enfermedades.
Permite el estudio de huesos y articulaciones, pulmones, órganos abdominales, sistema urinario y cavidades perinasales, entre otros. En algunas ocasiones, se utilizan medios de contraste oral o endovenoso para poder visualizar estructuras que de otra manera no serían visibles a los rayos X, tales como el esófago, estómago y duodeno, colon y las vías urinarias.