La diabetes e hipertensión arterial están entre las enfermedades crónicas más frecuentes de la población adulta. Recientes estudios demuestran que mantener tratamientos agresivos en los pacientes ancianos puede causar efectos contraproducentes. Muchos médicos se inclinan por usar dosis elevadas en sus prescripciones suponiendo una curación más rápida o indican mas medicamentos de lo realmente requerido.
Muchas veces vemos como afecciones banales, tales gripe o resfrío, son combatidas con antibióticos de última generación, cayendo técnicamente en un disparate científico y un perjuicio para el paciente.
Mantener dosis de medicamentos contra la diabetes e hipertensión propias de adultos jóvenes o mediana edad, puede ser causa de accidentes isquémicos, desmayos, caídas, confusión mental o hipoglicemias graves en los ancianos.
Según los investigadores, la reducción de dosis ocasiona un alivio en los pacientes mayores, cuestión que los médicos deben considerar, especialmente aquellos especialistas "agresivos" con sus tratamientos.
Esta recomendación se basa en un estudio sobre mas de 200 mil pacientes.